Viaje en moto a Amsterdam!! (Día 4)

4 julio 2007
Hoy sabemos que no va a ser un día de muchos kilómetros, de modo que nos lo tomamos todo con mucha más calma. Desayunamos tranquilamente en el hotel y salimos de Brujas dando un buen paseo en moto por sus calles. El día nos recibe con lluvia ligerita (como no). Le indico al GPS que nos lleve por el camino más corto hacia Gent (Gante). Una vez más, nos sorprende con una ruta maravillosa, pasando por pequeños pueblecitos Belgas con mucho encanto: Assebroek-Oedelem-Oosveltd-Knesselare-Ursel-Zomergen-Lovendegem-Mariakerke.

Son 40 kms a los que dedicamos casi 3 horas. Pudimos comprobar la calidad de vida de los habitantes de allí, las fantásticas mansiones que poseen y que en las casas no había ni rejas, ni vallas, ni alarmas antirrobo. Impresionante esta casita, de las pocas con una valla alrededor:
Como curiosidad, allí tienen por costumbre adornar las ventanas de las casas como si fueran escaparates. Es curioso, puesto que vimos un maniquí vestido de novia, jarrones, trofeos, cuadros, etc...

Sobre las 12.00h llegamos a Gante. Personalmente el conjunto de la ciudad no es tan bonito como Brujas, ya que tiene muchas torres de pisos (normales) y unos alrededores bastante “sosos”, pero lo que es el centro histórico, es ESPECTACULAR.

Al igual que en las otras ciudades importantes que hemos visitado, los tranvías comparten la calle con ciclistas y demás vehículos (apenas se ven coches; casi todo son bicicletas, tranvías y autobuses). Al igual que en Brujas, te miran extrañado al verte circular en moto (sobre todo cuando ven que tu matrícula es desconocida para ellos).

Después de un paseo por el centro, continuamos la marcha hacia Amberes. Paramos en un pueblecito llamado Sint-Niklaas a comer. Se trataba de un comercio de comida preparada para llevar, donde nos prepararon una mesa y comimos allí mismo junto a ellos. Les pedimos, entre otras cosas, una ensalada sin salsa y cuando nos vieron sacar una pequeña botellita de aceite de oliva, pusieron cara de: “y eso que c*ño será”. Como íbamos bien de aceite (vamos, que no perdíamos aceite, jejeje), les regalamos una botellita y nos lo agradecieron (aún sin saber qué les habíamos regalado. Me imagino que algún día se enterarán de qué es eso del aceite de oliva...)

Pasamos bordeando Amberes y como el cielo se volvió a cerrar, decidimos no entretenernos más e ir directos hacia Rotterdam. La frontera la pasamos por un puente levadizo que pasa unos 3 ó 4 kms por encima del mar. Allí el viento lateral es exagerado y nos tuvimos que agarrar bien fuerte para no hacer “puenting” con moto y todo. Incluso los aerogeneradores eólicos que hay por allí son de dos palas (no de tres) debido a la velocidad habitual del viento en la zona.

Llegamos a Rotterdam y la atravesamos rápido, ya que aún nos quedaban más de 80 kms hasta Amsterdam y el cielo empezaba a amenazar de nuevo. Pudimos comprobar que se trata de un centro económico importante en la zona. Ciudad de grandes rascacielos, grandes acumulaciones de tráfico y muy moderna y cosmopolita (no vimos nada del centro histórico porque ya estábamos muy impacientes por llegar a Amsterdam).
Una vez más, le indico al GPS que nos lleve por la distancia más corta y una vez más fue un gran acierto. Estuvimos gran parte de los 70 kms siguientes hasta Amsterdam circulando paralelos a un pequeño canal navegable, en el que las casas particulares habitaban de cara a él.

Fue el tramo más bonito de TODO nuestro viaje. Las casas adornaban el canal a su paso de formas distintas. Embarcaderos, jardines, estanques... cada casa merecía 6 ó 7 fotos.

Lanzamos casi 50 fotos a casas particulares!!

Salimos del “sueño” a las 18h mientras entrabamos en nuestro objetivo final: Amsterdam!! Lo primero, la foto que corrobore hasta donde hemos llegado: LO HEMOS CONSEGUIDO!!

Nada más llegar, nos pusimos a buscar hotel. De nuevo elegimos un IBIS que estaba a 8 minutos del centro. Descargamos en la habitación el molesto equipaje, además de las alforjas y después de arreglamos nos fuimos en moto al centro de la ciudad.







Una vez callejeado lo bastante por los canales y visto un poco todo en general, elegimos una comisaría para aparcar la moto, ya que el que te roben la moto a 2000 kms de tu casa no debe ser una experiencia agradable, jejeje... “Convencimos” a una policía local y dejamos la moto en la puerta donde ella pudiera verla de vez en cuando. Un 10 para ella!! Así iríamos mucho más tranquilos a visitar el “Barrio Rojo”.

Es una ciudad muy interesante: impresionante la sencillez con la que se trata la prostitución, muy gracioso el poder entrar en un CoffeShop y pedirte un porrete o un pastelito hecho con marihuana, maravillosos los canales repletos de lanchas y barcos-vivienda y fantástico el muestrario de bicicletas que podías ver por todos lados.

Encontramos en pleno barrio rojo un restaurante llamado “El Rincón Español”, donde nos deleitamos cenando tortilla española y una buena ensalada y finalmente nos fuimos a dormir pasadas las 23.00h. El día siguiente sería duro porque queríamos llegar de un tirón a París (650 kms)... lo conseguiríamos??

Comentarios

Andrés Nortes ha dicho que…
Me apasionan las casas. Cómo me gustaría poder vivir así. No sé si estoy disfrutando más con tu relato o con las fotos de las casas. Supongo que tu mujer ya se habrá acostumbrado al asiento, jeje!
zzr600 ha dicho que…
muy buenas

me voy a amsterdan y segun me he informado por los carriles bici pueden circular scooers pero yo tengo una kawa de 600 ¿Pueden estas circular tambien por ahi?¿Como va lo de los aparcamientos? ya veo que vosotros sois muy precavidos pero es legal aparcar en otros sitios que no sean la comisaria ni parkings? Muchisimas gracias de antemano.
Damarsito ha dicho que…
Hola.

Nosotros circulamos por los carriles bici y sin problemas. Asímismo, puedes aparcar donde veas mas motos, pero nuestro miedo era que nos robaran la moto tan lejos de casa y fuímos todo lo precavidos que pudimos ser.

Disfruta de Amsterdam, que es una gozada... Nosotros volveremos en septiembre, pero ya en autocaravana.

Un saludo y feliz viaje!!
Daniel M.

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