Damarsito

11 abril 2008 Esa noche fue la mejor de todo el viaje. Descansamos perfectamente bién y nos levantamos con ánimos renovados. La señora de la casa nos tenía preparada una tarta casera de frutos de la zona que estaba para chuparse los dedos. Así que tomamos un abundante desayuno y salimos para recoger la moto. Llovía muchísimo. El señor nos acompañó al garaje, deseándonos buen viaje y nos guió perfectamente para salir. Después de una calurosa despedida, nos pusimos en ruta en busca de nuestro siguiente destino: San Remo. El camino hasta allí debía ser precioso de disfrutar con el cielo despejado. En nuestro caso fue una tortura, puesto que la Vía Aurelia, con tanta agua como caía, estaba colapsada de tráfico. Cada pequeña población que atravesábamos suponían largas esperas en cruces y semáforos. La lluvia caía incesante y de nuevo tomamos la decisión de no parar a visitar sitios hasta que no dejara de llover. En San Remo paró un instante y eso nos permitió dar un paseo por sus entrañab

10 abril 2008 Amaneció ese día con unos nubarrones negros en el cielo. Tan pronto como pudimos, salimos del hotel en dirección a Venezzia, esperando que el clima nos permitiera ver algo. Estábamos a menos de 10 minutos de la bella ciudad, así que en seguida llegamos. Después de cruzar por el puente de acceso, nos dirigimos a la Piazza de Roma. Allí, negociamos con el dueño de un parking privado el precio para dejar la moto bajo techo. Una vez hecho esto, sacamos el billete para el Vapporetto (barco equivalente a los autobuses urbanos) y cogimos la línea hacia la Piazza San Marcos. Venezzia es una pasada!! Debe ser incomodísimo vivir allí, pero no deja de ser muy curioso la forma en la que viven. Vimos el barco de correos, los barcos-furgonetas haciendo repartos, los barco-taxis, los barco-limusinas, barcos-grúa, barcos-hormigonera, policías y bomberos en barco y, por supuesto, los famosos gondoleros. El Vapporetto nos llevó por el Gran Canal hasta la Piazza San Marcos en 40 minutos i

9 abril 2008 Nos levantamos temprano para dedicar un par de horas a Florencia, antes de salir en dirección a Pisa. Éste día amaneció muy nublado y nos preparamos bien con ropa de agua. Después de desayunar visitamos de nuevo la Catedral Santa María del Fiore, en el Duomo (construcción más bonita por fuera que por dentro). Junto a ella destacan el Baptisterio y el Campanario, separado unos metros de la nave principal. Las tres construcciones están recubiertas de mármol blanco, verde y rosa, formando unos contrastes espectaculares. Dedicamos un tiempo en callejear por el centro de la bella ciudad hasta que desembocamos en la Piazza de la Signoría. Es la plaza mayor de Florencia y se trata de un verdadero museo al aire libre. Disfrutamos de las fantásticas esculturas de Hércules, Neptuno, el Rapto de las Sabinas y, por supuesto, el David de Michelangelo (una copia, puesto que el original se encuentra en el Museo della Accademia) entre otras. En ese momento comenzaba a chispear, de mo

8 abril 2008 El día de hoy comenzaba la ruta propiamente dicha, no sin antes pasar rápidamente por el Museo Vaticano que ayer no pudimos visitar. Nos despertamos realmente temprano y dejamos el Hotel sin desayunar, puesto a esas horas aún no estaba preparado. Llegamos al Museo de los primeros y, después de aparcar la moto en la misma puerta, nos tocó esperar durante una hora y media para la apertura. En cuanto abrieron, hicimos una previsión del recorrido que queríamos hacer sin entretenernos mucho, pasando por la zona de arte egipcio, las estancias de Rafaello, un poco de arte moderno y finalmente, el motivo de haber entrado al museo: la capilla sixtina. Lo cierto es que es una gozada disfrutar en persona de los frescos de Micheangelo, que tantas y tantas veces hemos visto en nuestros libros de texto. Fue muy difícil fotografiar la capilla, puesto que teníamos un férreo marcaje “al hombre” por los miembros de seguridad del museo. Ésta es la única imagen que pude tomar, con una cal