Lambretta LI 125 S2 ` 1962: La Continuación de La Saga!!

Hola de nuevo a todos, seguidores, amigos y familiares...

Lo he vuelto a hacer. En esta ocasión, como regalo para mi querida esposa, he restaurado su Lambretta Li125 del año 62 que compré gripada y con un estado lamentable de chapa y pintura!! El reto en esta ocasión ha sido mayúsculo, pues ya no sólo dependía de un buen trabajo de desmontaje, chapa, pintura y montaje, sino de un cuidado proceso mecánico para poner de nuevo en marcha a un importante elemento en la historia de nuestras carreteras.

Nada más llegar a mi garaje, me puse manos a la obra para poderla llevar a la ITV y transferirla. No quiero resultar extremadamente pesado con el proceso, que creo que con unas fotos puede quedar más o menos claro... En resumen, tuve que desenganchar el pistón y desmontar todo el paquete del motor para cambiar retenes, rodamientos, segmentos, embrague, muelles y juntas.

En poco más de dos semanas, la moto ya funcionaba, de modo que pasé la ITV sin problemas y la transferí en seguida... No me corría prisa ponerme con el resto de la restauración, de modo que en esos momentos (febrero de 2014), me puse con otros trabajos que tenía pendiente, como la restauración de un baúl centenario de madera, terminar el aviario donde viven mis loros y la restauración de un torno paralelo Cumbre del año 53.

Finalmente, durante las Navidades de 2014, me puse a desmontar la moto entera para terminar el proceso de restauración. En esta ocasión, el desmontaje fue aún más rápido que con la Lambretta anterior, pues no tuve que ir haciendo fotos paso a paso, salvo contadas excepciones de algunas cosas que son distintas, de modo que en dos tardes, mi garaje parecía de nuevo una chatarrería.

Para esta ocasión, sólo llevé al chorro de arena las piezas de acero, pues las de aluminio sufren bastante y preferí lijarlas a mano. La verdad es que fue un trabajo tremendo, pero el resultado mereció la pena.

También cambié el proceso de pintado respecto a la moto anterior, pues mi vecino Jose, experto en chapa y pintura, me recomendó dar una capa de aparejo entre la imprimación (y enmasillado, en las piezas que lo requería) y la pintura. La verdad es que ese cambió me llevó bastante más tiempo del que creía al principio, pues cada capa de aparejo requiere ser lijada a mano antes de la siguiente capa o la pintura, pero insisto en que mereció la pena el esfuerzo, pues la moto ha quedado protegida para aguantar muchos años más que los que lleva de vida. Además, cuando la moto vino del chorro de arena, comprobé que los podridos que tenía eran más graves de lo que me imaginaba, de modo que tuve mucho trabajo de soldadura para recomponer, sobre todo, el suelo del escudo y la aleta delantera.

Después de horas y horas de soldadura, masilla, aparejo, más masilla, más aparejo, lijado, más masilla, lijado, aparejo, lijado, etc, etc... Quedaron las piezas listas para dar el color. Maribel eligió una combinación de blanco sucio con azul cielo que, realmente le da un bonito toque vintage!!

Esta moto requería mucho más repuestos nuevos que la anterior debidos a su mal estado o, directamente, su ausencia, así que tuve que sacar la cartera más a menudo de lo que me hubiera gustado. De hecho, cuando me puse a montar, descubrí que la tapa del motor que ya había reparado el año anterior, se encontraba agrietada, de modo que tuve que buscar un repuesto que me salió bastante caro, aunque definitivo.

Poco a poco fui poniendo el sistema eléctrico, el nuevo conjunto de camisas y cables, el conjunto motor y el resto de piezas necesarias para probar que el motor arrancara. Una vez comprobado que todo funcionaba, fui terminando de instalar las piezas recién pintadas, y los repuestos y accesorios que tuve que ir comprando, de modo que ya iba tomando forma...

Antes de recibir los asientos definitivos, teníamos cerca de casa una concentración de clásicos y tanto Maribel como yo aprovechamos la ocasión para sacar pro primera vez la moto de casa y que ella viera si se adaptaría a la moto y su sistema de cambio de marchas... Claramente, fue un éxito rotundo y ya sólo quedaba recibir las piezas finales para dar por terminada la restauración.

El toque final fue una maleta de cuero antigua que compré a un anticuario por internet y que tuve que ir a recoger a 200 kilómetros de casa. Creo que le da un aire vintage bastante aceptable, qué opináis??

En fin, os agradezco mucho que hayáis pasado por aquí a ver otro de mis trabajos y os invito a dejar vuestros comentarios, como de costumbre...

Un fuerte abrazo y HASTA LA PRÓXIMA!!!

Dani M.