Vacaciones en autocaravana por los Países Bajos!!! - 1ª Parte

Todo aquel que haya leído mis crónicas sobre viajes anteriores sabrá que suelo ser bastante preciso con los datos del viaje. Lo cierto es que la razón viene porque dichos viajes fueron realizados solos mi mujer y yo, sin nuestras hijas, y eso nos permitía dedicar cada noche unos minutos a escribir los detalles de la jornada, haciendo hincapié en aquello que mas nos había llamado la atención.

Para esta crónica que me dispongo a escribir, el viaje fue realizado con las niñas, y eso ha provocado que cada jornada concluyera con la preparación de cenas, camas y duchas, acabando tan agotados que nos resultaba imposible hacer un seguimiento tan exhaustivo como hacemos habitualmente. Trataré de ser lo mas preciso posible al escribir, aunque en las tres semanas que dura el viaje que voy a relatar es posible que me bailen algunos datos como fechas, horarios y/o gastos.

Lo primero que quiero hacer es agradecer la ayuda que he recibido para poder realizar este viaje tal como lo hemos hecho. Por ello, mi gratitud personal a Alberto Najera (najera2000), que me envió unos textos escritos por él de unos viajes similares, y que me han servido para orientar el nuestro con una ayuda completa e inestimable. Concretamente, utilicé el relato de sus viajes a los Países Bajos y los Castillos del Loira... Gracias compañero!!

También me gustaría explicar la situación que condicionó este viaje en sus comienzos, con lo cual me remito a unas semanas antes de la fecha de salida. Tras nuestra visita a Feriocio en Madrid durante el primer trimestre del año, se nos metió en la cabeza cambiar nuestra querida autocaravana. Después de semanas de quebraderos de cabeza, números y visitas a concesionarios, tomamos la decisión de comprar una fantástica CI, modelo Xtil Garage. Se trata de un nuevo modelo de autocaravana perfilada con la cama principal abatible sobre el salón, que hace poder disfrutar de la facilidad y agilidad de conducción de un modelo perfilado, prácticamente con la habitabilidad de un modelo capuchino. La entrega del nuevo vehículo se produjo una semana antes del viaje, con lo cual tuvimos muy poco tiempo de prepararla a nuestro gusto para un viaje tan largo y completo. Finalmente sólo pude hacer la instalación de los cierres de seguridad, la TV y el equipo multimedia de Radio-CD-DVD-GPS-TV que compré para la cabina.



También queríamos probar todo antes del viaje, pues en una autocaravana nueva, en la que hay muchos componentes que deben funcionar correctamente, siempre suelen surgir pequeños problemas y necesidades de ajuste. Aprovechando que nuestra hija mayor Nerea participaba el fin de semana anterior en el Campeonato de Castilla la Mancha de Gimnasia Rítmica, en Talavera, (que por cierto, quedó campeona en su categoría... Felicidades Nerea!!), pues la utilizamos para hacer tres días por la zona y asegurarnos del correcto funcionamiento de todo. Efectivamente, salvo un pequeño fallo en la antena de TV que se solucionó en seguida, todo funcionó correctamente, con lo que nos enfrentamos a nuestro gran viaje con la seguridad de que todo saldría bien.

Llegó el día de la salida, un sábado a las 5 de la madrugada. Salimos con mi firme convicción de que mis tres exámenes realizados la semana anterior en la UNED, de la Carrera de Ingeniería Técnica Industrial, estarían aprobados. Ya durante el viaje estas previsiones no sólo se cumplieron, sino que fui regalado con mi primera Matrícula de Honor en la universidad, de modo que todo se ponía de cara para disfrutar plenamente de nuestras vacaciones.

Así que partimos el sábado 18 de junio hacia París, pasando antes por Vitoria, donde unos amigos autocaravanistas (Oscar e Isa, y sus hijas Naia y Aiala) nos acompañarían durante las primeras dos semanas. Sobre las 11 de la mañana, nos encontramos con ellos y tiramos derechos dirección París, con una ruta que me habían recomendado. Dicha ruta pasaba por la localidad francesa Oradour Sur Glane, próxima a Limoges, y lugar que habíamos elegido para pasar la primera noche.

Llegamos a Oradour cerca de las 22hrs y nos encontramos con un fabuloso área para autocaravanas, con sitio de llenado y vaciado, aseos, jardines, columpios y mesas con bancos. Habíamos leído que este pueblo mártir había sufrido de lleno la Segunda Guerra Mundial y todos sus habitantes habían sido cruelmente aniquilados por las tropas alemanas como venganza de la invasión aliada de Normandía. Desde entonces, todo se dejó tal y como quedó entonces, construyendo el nuevo pueblo junto al destruido, y cuya visita es conmovedora, para recuerdo permanente del daño que producen las guerras. Nuestra intención era visitarlo a la mañana siguiente, antes de la última tirada de mas de 400kms hasta París, pero nos encontramos con una inmensa cola en el museo de la entrada y decidimos dejarlo para el regreso, ya que nos esperaban en París una familia que nos iba a apadrinar para obtener descuento en las entradas de Eurodisney. He de decir que al final el regreso lo hicimos por el Loira y no pudimos visitarlo, pero como es una localidad que nos pilla a medio camino de París, tendremos mas oportunidades de visitarlo en el futuro, pues nos quedamos con las ganas...



Después de recorrer los casi dos kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, desde el área hasta la entrada al museo con las bicicletas, nos pusimos de nuevo en marcha en dirección a París. Tan sólo reseñar el inmenso atasco que sufrimos para bordear París y llegar al parking de Eurodisney, que nos hizo retrasar nuestra llegada hasta cerca de las 21hrs. El recibimiento de Jacobo y su familia fue estupendo, y lo celebramos con una merienda-cena y una sobremesa posterior muy agradable...



A la mañana siguiente, nos acercamos a las taquillas del parque para hacer las gestiones de las entradas y, dos horas después y 500 euros menos, volvimos al parking para continuar con el viaje. Como nuestros amigos sólo estarían dos semanas con nosotros, y no querían gastar una de ellas en Disneylandia, tomamos la decisión de dedicar las primeras dos semanas a viajar por Bélgica y Holanda en compañía y la última semana, ya solos, dedicarla al parque. Así que el lunes 20, sobre las 11 de la mañana, pusimos rumbo a la primera ciudad Belga que queríamos visitar: Brujas.

Nos sorprendió la alta temperatura que nos acompañó durante esta primera etapa, en la que fue necesario llevar en todo momento el aire acondicionado puesto. Como nuestra ruta nos obligaba de nuevo a atravesar París, aprovechamos para cruzar por el centro y comer a los pies de la Torre Eiffel, que siempre nos regala con un bonito fondo para las fotografías. Después de llenar el buche y de unas docenas de fotos, nos pusimos de nuevo en la cola del atasco en dirección a la frontera Belga.



Francia nos quiso despedir con una fuerte tormenta que nos obligó a buscar un sitio para dormir antes de cruzar la frontera, con lo que pedí al GPS que nos llevara a un área de autocaravanas y, menos de 20 kms antes de la frontera, nos sugirió un pueblecito muy tranquilo, de cuyo nombre no logro acordarme, con un área en el parking del colegio, donde dormimos muy tranquilos mientras escuchábamos caer el diluvio en el exterior.



Ayudada por la tormenta de la noche anterior, la mañana del martes se levantó clara y fresca. Después de desayunar pusimos rumbo directo a Brujas, lugar al que llegamos antes de la hora de comer. El área de autocaravanas que existe allí es de pago, y como teníamos pensado pasar al menos dos días en esa bella ciudad, seguimos el consejo de un compañero autocaravanista y nos dirigimos a un área que hay en un pueblo muy cercano llamado Damme. Comimos allí y, como vimos que en bicicleta iba a ser una distancia grande para ir con las niñas, volvimos a los exteriores de la muralla de Brujas, donde pudimos aparcar las autocaravanas sin problemas en un sitio tranquilo y a la vez concurrido. Sacamos las bicicletas y dedicamos toda la tarde a recorrer el centro de, hasta ese momento y bajo mi punto de vista, la ciudad mas bella de Europa.



He de admitir que todo cuanto escriba de esa ciudad será injustamente escaso para lo que realmente es. Brujas merece dedicar páginas y páginas sobre la belleza y riqueza cultural que posee, de modo que no voy ni siquiera a intentar explicar lo que se puede ver y sentir allí, sino tan sólo me limitaré a enseñaros algunas de las fotos que hicimos y que perdurarán en nuestras retinas.



En fin, después de la tarde y noche en Brujas, volvimos a la autocaravana a guardar las bicicletas y nos dirigimos al parking de Damme para cenar y pasar la noche. El sitio era muy tranquilo y agradable, rodeados por dos canales preciosos, uno de ellos navegable, y una pradera repleta de conejos en libertad, así que dormimos estupendamente...



A la mañana siguiente, volvimos de nuevo a Brujas de la misma manera que la tarde anterior: aparcando la autocaravana en el mismo sitio, pero en esta ocasión, recorrimos la ciudad a pié. Descubrimos un mercado ambulante en la plaza central, en el que pudimos degustar unas deliciosas frambuesas, compramos la comida (pollo y salchichas asadas) y algunos regalitos para la familia. Disfrutamos de nuevo de una estupenda mañana, fotografiando los canales repletos de turistas, el mercado y una plaza en la que pintores, artesanos y reposteros mostraban sus productos. Cabe destacar unas deliciosas frutas hechas de mazapán que nos dieron a probar y que terminamos comprando dos tarros de lo bonitas y ricas que estaban. Finalmente, cuando consideramos que ya habíamos disfrutado lo suficiente de la ciudad, volvimos a la autocaravana para comer y seguir a la siguiente ciudad en nuestra agenda: Gante.



... Y hasta aquí la primera parte. Estoy trabajando en la segunda, que subiré en cuanto la termine. Gracias por leer hasta aquí!!

Daniel M.

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